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¿Misas y flores por los muertos?
¿Misas y flores por los muertos?
Es tradición casi a nivel mundial que en fechas como: el día de los muertos o difuntos, el día del fallecimiento o cumpleaños de una persona y en algunas otras fechas las personas van a los cementerios a llevar flores sobre la tumba del ser querido o a ofrecerles una misa
Esta tradición, de colocar flores sobre las tumbas, se remonta a la edad media, pero su origen llega a tiempos antiguos cuando al no tener como embalsamar a los fallecidos, las familias y allegados colocaban flores sobre los muertos y quemaban incienso para alejar el mal olor causado por la descomposición hasta la hora del sepelio.
La práctica de ofrecer misa por los muertos se remonta a la edad media. La intercesión por los muertos se remonta a inicios del siglo III, pero es entre los siglos IV y V cuando se inicia el ofrecimiento de misas por los muertos con la supuesta ayuda de salir del purgatorio para pasar al paraíso o cielo. Supuestamente su paso en el purgatorio dependía de las buenas obras y ofrendas ofrecidas por los familiares vivos. Pero en realidad detrás de todo esto había un negocio de ganancias del sistema católico.
La práctica de ofrecer una misa o visitar la tumba de un ser querido y llevar flores sobre su tumba aparentemente parece algo inocente y hasta sentimental que alguien se acuerde de ese ser que un día se fue y que dejó un profundo vacio en el corazón. Pero debemos preguntarnos:
¿Qué enseña la Biblia sobre el estado de los muertos?
¿Ese ser querido fallecido verá y olerá el costoso ramo de flores que le llevamos?
¿Llevaran al cielo a los seres queridos por los que ofrezcamos misas?
¿Qué doctrina pagana aceptamos al llevar flores a un fallecido u ofrecerle una misa?
¿Debemos mostrar nuestro amor en vida o después de fallecidos?
Estas interesantes preguntas nos ayudan a aclarar y a entender lo que en realidad enseña la Biblia sobre si debemos o no llevar flores sobre la tumba de los fallecidos o si vale la pena ofrecerles misas.
La Biblia dice
Ecl 9:5, 6,10 “Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol… Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”
La Biblia dice claramente que los muertos nada saben y que nunca más tendrán parte en lo que se hace debajo del sol, es decir que ellos no tienen más parte con los vivos.
No hay un solo texto que diga que los muertos van al cielo o a un supuesto purgatorio, esa doctrina tiene sus orígenes en diferentes pueblos paganos, pero principalmente en el zoroastrismo. Ni Jesús ni los apóstoles ni ninguno de los profetas enseñaron tal cosa. El llevar flores a las tumbas y ofrecerles misas no garantiza que esa persona se vaya a salvar. La única oportunidad para elegir nuestro destino es aquí en esta tierra y mientras tengamos vida “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27)
Jesús al hablar sobre la muerte expresó que ella es como un sueño.
Juan 11:11 .14 “Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto”
Jesús comparó la muerte con el sueño. Cuando una persona duerme puede hacerlo durante 6, 8 o más horas y no siente que haya pasado todo ese lapso de tiempo. Así es la con el estado de la muerte. Las personas no sienten ni saben lo que sucede a su alrededor hasta que despierta. Los muertos no saben ni sienten todo lo que sucede a su alrededor hasta el día cuando Jesús venga por segunda vez a resucitarle:
1Ts 4:13-16
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”
De acuerdo a los que la Biblia dice los muertos no saben, ni sienten ni ven que les llevamos flores. No saben y nunca sabrán si en sus tumbas colocamos las flores más baratas del mercado o el ramo de flores más costoso de la floristería y muchos menos que ofrecimos una misa en cada uno de sus cumpleaños o día de su fallecimiento.
No hay un solo texto bíblico que diga que nuestras ofrendas o misas ofrecidas van a salvar del purgatorio o puente del pago a nuestros seres queridos fallecidos. Dice la Biblia “y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu ( del hebreo ruaj: aliento o soplo) vuelva a Dios que lo dio”(Ecle 12:7) Nuestra salvación y la de nuestros seres queridos depende estrictamente de lo que hagamos en vida.
Cuando un cristiano lleva flores a la tumba de un ser querido u ofrece misas por su salvación en realidad está dando la espalda a lo que dice la Biblia. Cuando la serpiente se acercó a Eva y la engañó hasta hacerla caer en pecado, una de sus mentiras fue “No moriréis”(Gen 3:4). Uno de los más grandes engaños de Satanás es hacer creer a la humanidad la doctrina de la inmortalidad del alma. Algunos piensan que después de la muerte hay vida. Unos dicen que los muertos van al cielo o al purgatorio o al infierno o que le siguen procesos de reencarnación. Pero los muertos no siguen teniendo vida en ninguno de dichos lugares ni siguen teniendo procesos de reencarnación. (Recordemos que los términos seol (hebreo) y Hades (griego) significan tumba o sepulcro. Mientras que Gehena (griego) traducido como infierno se refería al basurero del sur oeste de Jerusalén ubicado en el valle de Hinom).
La doctrina de la inmortalidad del alma o creer que hay vida más allá de la muerte es y ha sido uno de los engaños más grandes de Satanás, pero la Biblia claramente expresa cual es el real estado de los muertos. No tiene ningún valor salvífico llevar flores a a la tumba de un ser querido y mucho menos ofrecer misa a favor de ellos. Nuestro amor y estima debemos expresarlos en vida porque después de muertos es demasiado tarde. Ni de nuestro llanto se enteraran
Referencias:
Biblia Reina Valera 1960
Diccionario bíblico Strong
- Falsas doctrinas
Evangélicos - Pentecostales
- Católicos
- Testigos
- Mormones
- Vara del pastor
- Otras falsedades