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mensajes de esperanza y vida
2Corintios 5:8
2Corintios 5:8 ¿morir para ir al cielo?
“Pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor”
Ausentes del cuerpo.
Es decir, de la vida en este mundo actual.
Presentes al Señor.
Una lectura superficial de los vers. 6-8 ha hecho que algunos lleguen a la conclusión de que con la muerte el alma del cristiano inmediatamente se hace presente ante el " "Señor", " y que Pablo daba la bienvenida a la muerte deseando ardientemente estar con el Señor (vers. 2); pero en el vers. 3 y 4 ha descrito la muerte como un estado de desnudez. De serie posible espera evitar ese estado intermedio, pero anhela intensamente estar "revestido" de "aquella. . . habitación celestial". En otras palabras, espera ser trasladado sin ver la muerte (ver com. vers. 2-4). En otros pasajes (ver com. 1 Cor. 15: 51-54; 1 Tes. 4: 15-17; 2 Tim, 4: 6-8; etc.) Pablo afirma con certeza que los hombres no son "revestidos" de inmortalidad individualmente al morir, sino simultáneamente en la resurrección de los justos.
O para afirmarlo de esta manera: En 860 2 Cor. 5: 2-4 Pablo ya ha declarado que la "vida" -evidentemente la vida inmortal- se alcanza cuando uno es "revestido" con su " "habitación celestial" " en la resurrección (ver com. vers. 4), no estando "desnudo" o "desnudado" debido a la muerte. En el vers. 8 expresa el deseo de estar ausente "del cuerpo" y presente " "al Señor"," y es obvio que "estar ausentes del cuerpo" no significa estar desencarnado -"desnudo" o "desnudado"-, pues en los vers. 2-4 ha afirmado claramente que no desea ese estado intermedio y que lo evitaría de ser posible. Por lo tanto, tener "vida" " (vers. 4) y estar presente "al Señor" (vers. requiere la posesión de "aquella... habitación celestial" (vers. 2). Por estas razones, un estudio cuidadoso de las declaraciones de Pablo elimina clara y decisivamente cualquier posibilidad de un estado consciente entre la muerte y la resurrección en el que los seres humanos, como espíritus descarnados ("desnudos" o "desnudados"), estarán " "presentes al Señor"." Cf. Rom. 8: 22-23; ver com. Fil. 1: 21-23.
En la Biblia se afirma que la muerte no es sino un sueño del cual serán despertados los creyentes en la primera resurrección (Juan 11: 11- 14, 25-26; 1 Con 15: 20, 51-54; 1 Tes. 4: 14-17; 5: 10). Sólo entonces los fieles que estén vivos y los fieles resucitados estarán con el Señor (ver com. 1 Tes. 4: 16-18). Ninguno de esos grupos precederá al otro (cf. Heb. 11: 39-40).
Ausentes del cuerpo.
Es decir, de la vida en este mundo actual.
Presentes al Señor.
Una lectura superficial de los vers. 6-8 ha hecho que algunos lleguen a la conclusión de que con la muerte el alma del cristiano inmediatamente se hace presente ante el " "Señor", " y que Pablo daba la bienvenida a la muerte deseando ardientemente estar con el Señor (vers. 2); pero en el vers. 3 y 4 ha descrito la muerte como un estado de desnudez. De serie posible espera evitar ese estado intermedio, pero anhela intensamente estar "revestido" de "aquella. . . habitación celestial". En otras palabras, espera ser trasladado sin ver la muerte (ver com. vers. 2-4). En otros pasajes (ver com. 1 Cor. 15: 51-54; 1 Tes. 4: 15-17; 2 Tim, 4: 6-8; etc.) Pablo afirma con certeza que los hombres no son "revestidos" de inmortalidad individualmente al morir, sino simultáneamente en la resurrección de los justos.
O para afirmarlo de esta manera: En 860 2 Cor. 5: 2-4 Pablo ya ha declarado que la "vida" -evidentemente la vida inmortal- se alcanza cuando uno es "revestido" con su " "habitación celestial" " en la resurrección (ver com. vers. 4), no estando "desnudo" o "desnudado" debido a la muerte. En el vers. 8 expresa el deseo de estar ausente "del cuerpo" y presente " "al Señor"," y es obvio que "estar ausentes del cuerpo" no significa estar desencarnado -"desnudo" o "desnudado"-, pues en los vers. 2-4 ha afirmado claramente que no desea ese estado intermedio y que lo evitaría de ser posible. Por lo tanto, tener "vida" " (vers. 4) y estar presente "al Señor" (vers. requiere la posesión de "aquella... habitación celestial" (vers. 2). Por estas razones, un estudio cuidadoso de las declaraciones de Pablo elimina clara y decisivamente cualquier posibilidad de un estado consciente entre la muerte y la resurrección en el que los seres humanos, como espíritus descarnados ("desnudos" o "desnudados"), estarán " "presentes al Señor"." Cf. Rom. 8: 22-23; ver com. Fil. 1: 21-23.
En la Biblia se afirma que la muerte no es sino un sueño del cual serán despertados los creyentes en la primera resurrección (Juan 11: 11- 14, 25-26; 1 Con 15: 20, 51-54; 1 Tes. 4: 14-17; 5: 10). Sólo entonces los fieles que estén vivos y los fieles resucitados estarán con el Señor (ver com. 1 Tes. 4: 16-18). Ninguno de esos grupos precederá al otro (cf. Heb. 11: 39-40).
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